Bizcocho de Avena y chocolate

Hay personas especiales, que se diferencian del resto, con las que conectamos desde el minuto cero. Este bizcocho es un regalo para mi Ángela, que conocí no hace más de un año pero parece que fuera de toda la vida.

Estoy convencida que nadie llega a tu vida por casualidad, por ello me gusta cuidar a los que quiero, a los que considero importantes y cocinar es un gesto donde dejo un poquito de mi persona, compartiendo una parte de mi. 

Es muy gratificante poder regalar algo hecho con tus propias manos, poniendo tu pasión e ilusión .Cocinar con el corazón es mi filosofía, donde los pequeños gestos otorgan significado, transformando en importante algo tan cotidiano. 

Ingredientes:

2 huevo XL

4 claras
150 gr de azúcar moscabado 
*150 gr de compota de manzana (yo casera y sin azúcar)
50 gr de Aceite de Oliva (podéis usar de girasol)

150 gr de harina de avena (trituré los copos)
1 sobre de levadura
Canela
Pepitas de chocolate
Modus Operandi:

Como siempre comenzamos poniendo nuestro horno a precalentar a 180º mientras hacemos la masa del bizcocho. 

Ponemos en un bol los huevos, las claras y azúcar, batimos con unas varillas durante unos minutos para obtener una consistencia cremosa. Añadiremos la compota, aceite y por ultimo la harina junto con la levadura, mezclamos todo con movimientos suaves.
Vertemos sobre un molde previamente engrasado, poner por encima las pepitas de chocolate (yo también le puse a la masa un puñadito) y metemos al horno unos 35 o 40 minutos. Podéis comprobar que está hecho pinchando el bizcocho con un palillo, si sale seco es que está cocido, y si sale con masa debemos dejarlo más tiempo hasta que se cocine totalmente. 
Yo lo he horneado en mi Fussioncook, menú cake 40 minutos.  
* Para la compota de manzana, ponemos en un recipiente, apto para microondas, las manzanas sin piel y troceadas con una ramita de canela. Tapar con papel film y llevar a máxima potencia unos 8 minutos (depende del micro) . Sacamos y trituramos. 

Detenernos un poco en nuestro día a día para mirar a nuestro alrededor, prestar atención al que tenemos al lado, no cuesta nada. Un guiño, un abrazo, una sonrisa... pequeñas acciones que pueden marcar la diferencia, incluso el rumbo del que lo recibe. 

“Al verdadero amor no se le conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece”  (Jacinto Benavente).
Dejo de filosofar para concluir diciendo que me siento afortunada por compartir mi cocina, mis recetas y con ello un poquito de mi vida.